Las particularidades de una obra pueden exigir el empleo de elementos auxiliares, como son, por ejemplo, los destinados del moldeo in situ de hormigones y morteros, para la contención de los mismos hasta su endurecimiento; o las estructuras de contención provisional del terreno o de sujeción provisional (apeo) de un edificio, terreno, etcétera. Es por ello que, para trabajar en el sector, es aconsejable contar con formación específica en cuanto a los distintos sistemas de encofrado y desencofrado, y entibación, de cara a utilizar las técnicas y materiales más adecuados a cada proyecto, atendiendo para ello a las peculiaridades que lo definen.
El encofrado será la alternativa adecuada cuando, en lugar de optar por piezas prefabricadas en taller, es aconsejable utilizar estructuras temporales de madera, plástico que permitan el modelado in situ del hormigón. De este modo, con la ayuda de cimbras, puntales, celosías y tensores, se podrá contener y soportar en fresco hasta su endurecimiento en obra, sin que, durante este proceso, sufra asientos o deformaciones.
La elección del material del encofrado es fundamental, dado que exigirá o no un tratamiento previo para propiciar el endurecimiento del hormigón fresco y que días después, tras el desencofrado, permitirá o no su recuperación y reutilización. Así, por ejemplo, en el caso del uso de madera, esta habrá de humedecerse previamente, para evitar que tome agua del hormigón y absorba cemento, modificando la consistencia del material y alterando su tiempo de fraguado, endurecimiento y resistencia.
Además, al elegir estos elementos auxiliares es preciso tener en cuenta que, atendiendo a lo especificado en la Instrucción EHE-08, el uso de aluminio está prohibido como material de encofrado.
La entibación, a su vez, será la opción elegida para la contención provisional del terreno. Por tanto, este tipo de estructuras, creadas mediante tablones de madera, elementos metálicos o placas cuadradas, son muy utilizadas en zanjas y desmontes provisionales; especialmente en aquellos casos en los que no es factible el uso de taludes como medidas de protección frente a posibles desprendimientos.
Conocer esta técnica de fortificación es fundamental, dado que será el propio terreno el que determine el tipo de entibación a utilizar. Así, por ejemplo, cabría aludir a entibaciones con tablas horizontales o verticales, o a otros sistemas, como el Quillery, el Heidbrader, el Lamers, los que emplean dispositivos deslizantes, etcétera.
A medida que avance en la materia de este curso, el alumnado descubrirá cómo proyectar y ejecutar la excavación de zanjas y pozos, cómo realizar las entibaciones, y qué cuestiones habrá de tener en cuenta para acometer encofrados y desencofrados; algo para lo que contará con un amplio contenido teórico y con múltiples ejemplos que le ayudarán a afianzar sus conocimientos en la materia, de cara a obtener excelentes resultados en obra.
Tras completar con éxito este curso, el alumnado podrá:
El contenido de este curso es adecuado para aquellas personas que, en obra, haya de responsabilizarse de proyectar y ejecutar sistemas de encofrado, y realizar entibaciones.