La dependencia de los carburantes fósiles no solamente lastra el desarrollo económico de Europa, que se ve afectada por la oscilación de precios, sino que constituye también una de las principales emisoras de contaminantes (GEI o gases de efecto invernadero) a la atmósfera. Por tanto, desde la Unión Europea se urge a los estados miembros la adopción de medidas que contribuyan a mitigar esta situación que no solamente deriva en la aceleración del temido cambio climático, sino que pesa significativamente también sobre su potencial de crecimiento. No en vano, según datos de 2105, pese a la reducción de la demanda energética, más de la mitad del consumo interior bruto de energía de la EU-28 se correspondía aún a fuentes importadas; una cifra que se disparaba en el caso de España, convirtiendo a este país en uno de los más dependientes de los combustibles fósiles, de los cuales importa un 98 por ciento.
Para paliar la situación, a través de la Comisión de Industria, Investigación y Energía (ITRE) del Parlamento Europeo (PE), se ha fijado un objetivo para 2030: lograr que el 32 por ciento de la energía de la UE proceda de fuentes renovables, algo en lo que ha de trabajar significativamente España, donde, además, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero está por debajo de lo comprometido. Esto lleva aparejada la necesidad de mermar, por un lado, el consumo energético, mediante tecnologías más eficientes y alternativas que propicien el ahorro y la sostenibilidad: y de apostar, por el otro, por el uso de energías renovables, entre las que la solar (que ya es eficientemente aprovechada en países en los que la radiación solar es mucho menor) tiene un enorme potencial, dadas sus múltiples posibilidades.
Así, por ejemplo, la Orden FOM/1635/2013 de 10 de septiembre, por la que se actualiza el Documento Básico DB-HE "Ahorro de Energía", del Código Técnico de la Edificación, aprobado por Real Decreto 314/2006, de 17 de marzo, busca favorecer la contribución solar de cara a minimizar el coste del agua caliente sanitaria; y mediante el Real Decreto-ley 15/2018, de 5 de octubre, de medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores, se subraya la necesidad de una transición energética que favorezca un autoconsumo eléctrico renovable, que propicie la obtención de energía más limpia y barata.
Por todo lo expuesto, se prevé un incremento sustancial en cuanto a la demanda de profesionales capacitados para diseñar y mantener todo tipo de instalaciones de energía solar térmica; y, de ahí, este máster, a partir del cual el alumno descubrirá las enormes ventajas que supone optar por paneles solares para generar energías limpias. Para ello, conocerá los distintos tipos de instalaciones por las que podrá optar (ya sea para un aprovechamiento particular, ya sea para la generación de electricidad en huertos solares, mediante módulos fotovoltaicos) y las cuestiones específicas a considerar en cada caso, para favorecer la rentabilidad de cada proyecto en el que participe.
Con este Master Profesional en Instalaciones de Energía Solar no se ha pretendido desarrollar un programa de alto nivel teórico para personas con conocimientos previos profundos, sino aportar al alumno los conocimientos necesarios para que pueda:
Al término de este máster, el alumno estará capacitado para:
Este máster está dirigido especialmente a ingenieros técnicos y superiores, a titulados de FP (de ramas técnicas como electricidad, electrónica o automatización), a mandos intermedios y gerentes de empresas vinculadas al sector de la energía , y a cualquier persona que aspire a iniciar una carrera profesional ligada al mismo.